Cuando hablamos de una alimentación balanceada, muchas veces escuchamos los términos alimentos energéticos, reguladores y constructores. Cada grupo cumple un papel esencial en nuestro organismo, y hoy nos centraremos en los alimentos constructores, aquellos que ayudan a formar, reparar y mantener los tejidos del cuerpo.
¿Qué son los alimentos constructores?
Son los que aportan proteínas de alta calidad y otros nutrientes necesarios para el desarrollo muscular, la regeneración de órganos, huesos, piel y hasta del cabello y las uñas. Además, son vitales en las etapas de crecimiento, embarazo, lactancia y para quienes realizan actividades físicas intensas.
Principales alimentos constructores
Entre los más importantes se encuentran:
- Carnes magras: pollo, pavo, res, cerdo.
- Pescados y mariscos: ricos en proteínas y ácidos grasos omega 3.
- Huevos: una de las fuentes más completas de proteína.
- Leche y derivados: yogur, queso, que también aportan calcio.
- Legumbres: lentejas, frejoles, garbanzos, soya.
- Frutos secos y semillas: almendras, maní, chía, linaza.
Beneficios de consumirlos
- Favorecen el crecimiento y desarrollo en niños y adolescentes.
- Ayudan a reparar tejidos tras lesiones o cirugías.
- Contribuyen a mantener músculos y huesos fuertes.
- Refuerzan el sistema inmunológico.
Consejos para incluirlos en tu dieta
- Combina proteínas animales y vegetales para un aporte más completo.
- Incluye al menos una ración de alimentos constructores en cada comida principal.
- Prefiere métodos de cocción saludables como la plancha, vapor o al horno.
👉 En resumen, los alimentos constructores son la base para un cuerpo sano y fuerte. No se trata solo de comer proteínas, sino de elegir las fuentes adecuadas y equilibrarlas con alimentos energéticos y reguladores.