La gallina de doble pechuga, conocida por su impresionante desarrollo muscular, es una de las aves más apreciadas en la industria avícola debido a su capacidad para producir una mayor cantidad de carne en comparación con otras razas. Su historia se remonta a principios del siglo XX, cuando se comenzaron a realizar cruces genéticos selectivos con el objetivo de mejorar la producción de carne de pollo, especialmente en las partes más deseadas, como la pechuga.
A través de estos cruces, se lograron obtener gallinas con una musculatura significativamente más desarrollada, lo que dio lugar a la gallina de doble pechuga. Este avance permitió satisfacer una demanda creciente en el mercado, ya que su carne es apreciada por su sabor y textura tierna. Los criadores continuaron perfeccionando esta variedad con un enfoque en el crecimiento rápido y la eficiencia alimentaria, lo que hace que estas gallinas alcancen un peso ideal en menor tiempo, optimizando los recursos de las granjas avícolas.
Además de su utilidad en la industria, esta ave tiene un gran impacto económico, pues es un símbolo del éxito en la selección genética avícola. Sin embargo, estos avances también han generado reflexiones sobre el equilibrio entre productividad y bienestar animal, ya que su rápido crecimiento puede traer algunos problemas de salud que necesitan una adecuada gestión en las granjas. La gallina de doble pechuga sigue siendo un claro ejemplo de cómo la genética y la demanda del mercado han transformado la avicultura moderna.

